Venta, instalación y Asesoria de elevadores en Costa Rica

Preguntas Frecuentes sobre Elevadores

En Elevadores Centroamericanos, sabemos que cada proyecto de transporte vertical plantea preguntas importantes sobre seguridad, normativas, espacio disponible, mantenimiento y costos. Por eso, hemos preparado esta sección de Preguntas Frecuentes para brindarte respuestas claras, confiables y actualizadas sobre los temas que más nos consultan nuestros clientes.

Ya sea que estés considerando instalar un elevador residencial, modernizar un ascensor comercial, o conocer más sobre nuestros sistemas de parqueo automatizado, aquí encontrarás información útil para tomar decisiones bien fundamentadas.
Y si aún tienes dudas, estamos listos para asesorarte con atención personalizada.
Llamanos al 2256-1241 y hacenos tu consulta.

Preguntas Frecuentes sobre Elevadores

En Elevadores Centroamericanos, sabemos que cada proyecto de transporte vertical plantea preguntas importantes sobre seguridad, normativas, espacio disponible, mantenimiento y costos. Por eso, hemos preparado esta sección de Preguntas Frecuentes para brindarte respuestas claras, confiables y actualizadas sobre los temas que más nos consultan nuestros clientes.

Elevadores centroamericanos INT

Ya sea que estés considerando instalar un elevador residencial, modernizar un ascensor comercial, o conocer más sobre nuestros sistemas de parqueo automatizado, aquí encontrarás información útil para tomar decisiones bien fundamentadas.
Y si aún tienes dudas, estamos listos para asesorarte con atención personalizada.
Llamanos al 2256-1241 y hacenos tu consulta.

Aunque existen frecuencias mínimas según velocidad, nuestra recomendación como especialistas es programar mantenimientos mensuales o bimensuales, especialmente cuando se busca:

  • mantener altos estándares de seguridad,
  • reducir al mínimo las paradas no programadas, y
  • prolongar la vida útil del equipo.

Estas frecuencias mínimas, comúnmente aceptadas en el sector, son:

  • Velocidad ≤ 0,15 m/s (elevadores de corto recorrido): cada 6 meses
  • Velocidad entre 0,15 y 0,50 m/s (uso residencial o comercial estándar): cada 4 meses
  • Velocidad  1 m/s en adelante (uso intensivo o de alta velocidad): cada 1 mes

Además, una vez al año debe realizarse una revisión técnica más profunda, que incluya limpieza del foso, prueba de frenos, inspección de cables, sistema de paracaídas, luces de emergencia, entre otros elementos críticos de seguridad.

Basado en buenas prácticas del sector, fabricantes internacionales y la norma costarricense INTE C470:2020, que toma como referencia la normativa europea EN 81-20/50.

En Costa Rica no es obligatorio tener un contrato de mantenimiento firmado, pero sí es obligatorio realizar mantenimientos periódicos con personal calificado, tal como lo establece la normativa INTE C470:2020.

Aunque la ley no exige un contrato por escrito, la ausencia de un mantenimiento continuo y documentado puede generar serias consecuencias en caso de accidente:

  • El propietario o administrador del edificio puede ser civil y penalmente responsable si se demuestra que el equipo no estaba en condiciones seguras por falta de mantenimiento.
  • Las aseguradoras podrían rechazar coberturas si no hay evidencia de revisiones regulares.
  • En situaciones con pasajeros afectados, las consecuencias legales y económicas pueden ser severas.

Entonces, ¿por qué tener un contrato sí es una práctica recomendada?

Contar con un contrato formal de mantenimiento no solo te ayuda a cumplir con los requisitos técnicos, sino que:

  • Garantiza una frecuencia clara de atención y revisión preventiva.
  • Define por escrito las obligaciones del proveedor y los tiempos de respuesta ante fallas.
  • Protege al propietario legalmente al demostrar que se han tomado todas las medidas preventivas necesarias.
  • Aporta trazabilidad ante procesos judiciales.

Un proveedor profesional debe contar con técnicos certificados por el fabricante, protocolos documentados y capacidad de respuesta ante emergencias.

La elección del proveedor de mantenimiento es una decisión crítica para la seguridad de los usuarios y la durabilidad del equipo. Si bien hay múltiples opciones en el mercado, lo más recomendable es contratar directamente a la empresa representante de la marca de tu elevador, por las siguientes razones:

1. Repuestos originales garantizados

Solo el representante autorizado puede ofrecerte piezas originales directamente del fabricante, lo que asegura compatibilidad, desempeño y cumplimiento con las normas de seguridad.

2. Técnicos especializados en tu modelo de equipo

Los técnicos del representante oficial:

  • Han sido entrenados directamente por el fabricante.
  • Conocen el equipo a profundidad: configuración, lógica de control, ajustes de fábrica y particularidades del sistema.
  • Tienen acceso a software de diagnóstico y manuales técnicos exclusivos.

 3. Stock de repuestos inmediato

Un representante serio mantiene un inventario local de piezas críticas, lo que permite atender imprevistos con rapidez, sin esperar envíos desde el extranjero.

4. Mejor tiempo de respuesta

Al conocer el equipo a fondo y tener acceso a repuestos, el tiempo de resolución ante fallas es significativamente menor, reduciendo al mínimo las interrupciones del servicio.

5. Mantenimiento alineado a las recomendaciones del fabricante

Solo el representante conoce la periodicidad, procedimientos y ajustes específicos que recomienda el fabricante, lo que permite:

  • prolongar la vida útil del equipo,
  • conservar la garantía,
  • y prevenir fallos mayores.

6. Soporte técnico escalable

En caso de requerir atención de fábrica, el representante puede escalar directamente al fabricante o acceder a soporte de ingeniería de planta.

En resumen:

Elegir al representante oficial de la marca es la opción más segura, rápida y eficiente. Proteges tu inversión, aseguras repuestos originales y cuentan con técnicos que conocen tu equipo mejor que nadie.

La sobrecarga en un elevador compromete la seguridad de los usuarios, acelera el desgaste del equipo y puede provocar paros inesperados. Para prevenirla, se deben aplicar medidas combinadas de diseño, tecnología y educación:

 1. Realizar estudios de tráfico vertical en etapa de diseño

En proyectos de alto tránsito (centros médicos, edificios institucionales, educativos o comerciales), es fundamental realizar un estudio de tráfico vertical previo. Esto permite:

  • Dimensionar correctamente la cantidad y capacidad de los ascensores,
  • Evitar la saturación del sistema en horas pico,
  • Reducir el riesgo de sobrecarga por uso intensivo o acumulado.

2. Instalar señalización visible y permanente

Todos los elevadores deben incluir un rótulo en la cabina con la carga máxima permitida, claramente visible y duradero.

 3. Incorporar sensores de sobrecarga

Los ascensores modernos deben contar con sensores que:

  • Detectan si se excede el peso permitido,
  • Evitan el cierre de puertas mientras se mantenga la sobrecarga,
  • Emiten alertas visuales o sonoras para corregir la situación.

4. Educar a los usuarios y personal operativo

Capacitar a quienes usan o manejan el equipo (usuarios, personal de limpieza o transporte interno) sobre los riesgos de cargar en exceso, especialmente con carritos de servicio, materiales pesados o equipos médicos.

5. Gestionar el flujo en edificios concurridos

En lugares de alta afluencia, se recomienda implementar medidas como:

  • Control de acceso por tarjeta o llamada prioritaria,
  • Distribución de usuarios por zonas o ascensores específicos,
  • Uso de ascensores de carga cuando aplique, para no saturar los de pasajeros.

Prevenir la sobrecarga no solo depende del usuario: comienza desde el diseño del edificio, continúa con tecnología adecuada y se refuerza con educación continua.

El mantenimiento preventivo consiste en una serie de revisiones, ajustes y limpiezas técnicas programadas para asegurar el buen funcionamiento del elevador y prevenir fallas.

Incluye generalmente:

  • Inspección y ajuste de componentes mecánicos, eléctricos o hidráulicos (según el tipo de equipo).
  • Limpieza y lubricación de partes móviles como guías, zapatas, puertas y sistema de tracción o hidráulico.
  • Verificación de sistemas de seguridad: frenos, cables, pistones, paracaídas, sensores y pesacargas.
  • Revisión del foso y sala de máquinas, comprobando ventilación, limpieza, nivel de aceite (en hidráulicos) y condiciones eléctricas.

Un mantenimiento bien realizado previene fallas, extiende la vida útil del equipo y garantiza la seguridad de los usuarios.

El mantenimiento preventivo consiste en una serie de revisiones, ajustes y limpiezas técnicas programadas para asegurar el buen funcionamiento del elevador y prevenir fallas.

Incluye generalmente:

  • Inspección y ajuste de componentes mecánicos, eléctricos o hidráulicos (según el tipo de equipo).
  • Limpieza y lubricación de partes móviles como guías, zapatas, puertas y sistema de tracción o hidráulico.
  • Verificación de sistemas de seguridad: frenos, cables, pistones, paracaídas, sensores y pesacargas.
  • Revisión del foso y sala de máquinas, comprobando ventilación, limpieza, nivel de aceite (en hidráulicos) y condiciones eléctricas.

Un mantenimiento bien realizado previene fallas, extiende la vida útil del equipo y garantiza la seguridad de los usuarios.

Es el tipo de mantenimiento que se lleva a cabo cuando el elevador presenta una falla o mal funcionamiento, ya sea de forma imprevista o detectado durante una inspección.

Incluye: reemplazo de piezas, ajustes, reparación de sistemas y reprogramación técnica según la falla presentada.

Su objetivo es restablecer el funcionamiento seguro y confiable del equipo. Para minimizar su recurrencia, se recomienda mantener un plan de mantenimiento preventivo constante.

Aunque ambos tipos de elevadores cumplen la función de trasladar personas o cargas entre niveles, existen diferencias técnicas importantes en cuanto a su diseño, capacidad, velocidad, normativa aplicable y requerimientos de instalación.

Elevadores residenciales

Están diseñados específicamente para casas unifamiliares, residencias privadas o edificios de baja altura con bajo flujo de usuarios. Sus principales características son:

  • Capacidad limitada: típicamente entre 250 kg y 450 kg (equivalente a 2 a 6 personas).
  • Velocidad reducida, usualmente no mayor a 0,30 m/s, lo que permite una instalación más simple y segura.
  • No requieren cuarto de máquinas en muchos modelos modernos, tanto hidráulicos como eléctricos.
  • Se adaptan a espacios reducidos y requieren una profundidad de foso menor.
  • Priorizan el confort, la estética y la accesibilidad.

 Elevadores comerciales

Diseñados para edificios de uso intensivo como oficinas, hospitales, centros educativos, hoteles o centros comerciales, donde el flujo de personas es constante. Sus principales características incluyen:

  • Capacidad desde 385 kg hasta más de 3000 kg, para adaptarse a mayores volúmenes de tráfico.
  • Velocidades superiores, que van de 1 m/s a más de 3 m/s, dependiendo de la altura del edificio y el sistema de control de tráfico vertical.
  • Requieren estructuras más robustas, puertas automáticas, y sistemas de seguridad y control más avanzados.
  • Están sujetos a normativas internacionales y locales más estrictas, como la EN 81 (europea) o ASME A17.1 (norteamericana), y su adaptación en la norma costarricense INTE C470

En resumen, la principal diferencia radica en la intensidad de uso y los requerimientos técnicos. Mientras los elevadores residenciales están pensados para uso ocasional y personalizado, los comerciales están diseñados para soportar alto tráfico, mayores exigencias normativas y sistemas más complejos.

Los elevadores residenciales pueden fabricarse a medida y adaptarse a espacios reducidos ya construidos. Sin embargo, si el objetivo es diseñar con estrategia, optimizar espacios y garantizar confort y eficiencia para el usuario final, lo ideal es prever desde la etapa de diseño ciertas dimensiones internas libres de ducto que permitan instalar equipos estándar.

Diseñar con estas referencias no solo facilita una integración más armónica del equipo al inmueble, sino que también evita sobrecostos y soluciones excesivamente personalizadas que podrían encarecer innecesariamente el proyecto.

Recomendación para elevadores residenciales:

  • Dimensiones internas libres del ducto sugeridas:
    1600 mm de ancho x 1750 mm de fondo
  • Fosa mínima recomendada:
    450 mm
  • Huida o altura libre sobre el último nivel:
    3700 mm

Estas dimensiones permiten instalar un equipo cómodo, funcional y eficiente sin recurrir a adaptaciones especiales. Si por condiciones del proyecto no se logran, el equipo puede ajustarse, pero partir de estas medidas mejora la planificación general.

Consideración final:

En Elevadores Centroamericanos, ayudamos a nuestros clientes a diseñar con visión estratégica desde el inicio. Esto garantiza soluciones técnicamente viables, cómodas para el usuario, alineadas con normativa y con un aprovechamiento óptimo del espacio.
Diseñar previendo no es limitar: es garantizar practicidad, confort y eficiencia.

Los elevadores comerciales, si bien pueden fabricarse con ciertas adaptaciones, deben diseñarse estratégicamente desde el inicio para garantizar un funcionamiento eficiente, seguro y conforme a normativa técnica y de accesibilidad.

La clave está en prever un ducto con dimensiones internas libres que permitan instalar un equipo estándar, lo cual facilita la ejecución del proyecto, mejora los tiempos de instalación y evita soluciones personalizadas que pueden encarecer significativamente el costo total.

 Recomendación para elevadores comerciales:

  • Dimensiones internas libres del ducto:
    1750 mm de ancho x 1750 mm de fondo
  • Fosa mínima recomendada:
    1000 mm
  • Huida mínima (sobrerecorrido sobre el último nivel):
    3700 mm

Estas dimensiones son ideales para instalar un equipo cómodo, accesible y duradero, sin tener que recurrir a rediseños estructurales o configuraciones especiales.

Consideración profesional:

Si bien es posible fabricar equipos adaptados a medidas reducidas, el diseño inteligente de un ducto comercial debe prever no solo el espacio físico, sino también la practicidad de mantenimiento, el confort del usuario y la eficiencia mecánica del equipo.

En Elevadores Centroamericanos, trabajamos de la mano con arquitectos, ingenieros y desarrolladores desde las primeras etapas, para asegurar que el sistema propuesto se adapte perfectamente al entorno sin comprometer calidad, seguridad ni economía del proyecto.

Aunque existen frecuencias mínimas según velocidad, nuestra recomendación como especialistas es programar mantenimientos mensuales o bimensuales, especialmente cuando se busca:

  • mantener altos estándares de seguridad,
  • reducir al mínimo las paradas no programadas, y
  • prolongar la vida útil del equipo.

Estas frecuencias mínimas, comúnmente aceptadas en el sector, son:

  • Velocidad ≤ 0,15 m/s (elevadores de corto recorrido): cada 6 meses
  • Velocidad entre 0,15 y 0,50 m/s (uso residencial o comercial estándar): cada 4 meses
  • Velocidad  1 m/s en adelante (uso intensivo o de alta velocidad): cada 1 mes

Además, una vez al año debe realizarse una revisión técnica más profunda, que incluya limpieza del foso, prueba de frenos, inspección de cables, sistema de paracaídas, luces de emergencia, entre otros elementos críticos de seguridad.

Basado en buenas prácticas del sector, fabricantes internacionales y la norma costarricense INTE C470:2020, que toma como referencia la normativa europea EN 81-20/50.

En Costa Rica no es obligatorio tener un contrato de mantenimiento firmado, pero sí es obligatorio realizar mantenimientos periódicos con personal calificado, tal como lo establece la normativa INTE C470:2020.

Aunque la ley no exige un contrato por escrito, la ausencia de un mantenimiento continuo y documentado puede generar serias consecuencias en caso de accidente:

  • El propietario o administrador del edificio puede ser civil y penalmente responsable si se demuestra que el equipo no estaba en condiciones seguras por falta de mantenimiento.
  • Las aseguradoras podrían rechazar coberturas si no hay evidencia de revisiones regulares.
  • En situaciones con pasajeros afectados, las consecuencias legales y económicas pueden ser severas.

Entonces, ¿por qué tener un contrato sí es una práctica recomendada?

Contar con un contrato formal de mantenimiento no solo te ayuda a cumplir con los requisitos técnicos, sino que:

  • Garantiza una frecuencia clara de atención y revisión preventiva.
  • Define por escrito las obligaciones del proveedor y los tiempos de respuesta ante fallas.
  • Protege al propietario legalmente al demostrar que se han tomado todas las medidas preventivas necesarias.
  • Aporta trazabilidad ante procesos judiciales.

Un proveedor profesional debe contar con técnicos certificados por el fabricante, protocolos documentados y capacidad de respuesta ante emergencias.

La elección del proveedor de mantenimiento es una decisión crítica para la seguridad de los usuarios y la durabilidad del equipo. Si bien hay múltiples opciones en el mercado, lo más recomendable es contratar directamente a la empresa representante de la marca de tu elevador, por las siguientes razones:

1. Repuestos originales garantizados

Solo el representante autorizado puede ofrecerte piezas originales directamente del fabricante, lo que asegura compatibilidad, desempeño y cumplimiento con las normas de seguridad.

2. Técnicos especializados en tu modelo de equipo

Los técnicos del representante oficial:

  • Han sido entrenados directamente por el fabricante.
  • Conocen el equipo a profundidad: configuración, lógica de control, ajustes de fábrica y particularidades del sistema.
  • Tienen acceso a software de diagnóstico y manuales técnicos exclusivos.

 3. Stock de repuestos inmediato

Un representante serio mantiene un inventario local de piezas críticas, lo que permite atender imprevistos con rapidez, sin esperar envíos desde el extranjero.

4. Mejor tiempo de respuesta

Al conocer el equipo a fondo y tener acceso a repuestos, el tiempo de resolución ante fallas es significativamente menor, reduciendo al mínimo las interrupciones del servicio.

5. Mantenimiento alineado a las recomendaciones del fabricante

Solo el representante conoce la periodicidad, procedimientos y ajustes específicos que recomienda el fabricante, lo que permite:

  • prolongar la vida útil del equipo,
  • conservar la garantía,
  • y prevenir fallos mayores.

6. Soporte técnico escalable

En caso de requerir atención de fábrica, el representante puede escalar directamente al fabricante o acceder a soporte de ingeniería de planta.

En resumen:

Elegir al representante oficial de la marca es la opción más segura, rápida y eficiente. Proteges tu inversión, aseguras repuestos originales y cuentan con técnicos que conocen tu equipo mejor que nadie.

La sobrecarga en un elevador compromete la seguridad de los usuarios, acelera el desgaste del equipo y puede provocar paros inesperados. Para prevenirla, se deben aplicar medidas combinadas de diseño, tecnología y educación:

 1. Realizar estudios de tráfico vertical en etapa de diseño

En proyectos de alto tránsito (centros médicos, edificios institucionales, educativos o comerciales), es fundamental realizar un estudio de tráfico vertical previo. Esto permite:

  • Dimensionar correctamente la cantidad y capacidad de los ascensores,
  • Evitar la saturación del sistema en horas pico,
  • Reducir el riesgo de sobrecarga por uso intensivo o acumulado.

2. Instalar señalización visible y permanente

Todos los elevadores deben incluir un rótulo en la cabina con la carga máxima permitida, claramente visible y duradero.

 3. Incorporar sensores de sobrecarga

Los ascensores modernos deben contar con sensores que:

  • Detectan si se excede el peso permitido,
  • Evitan el cierre de puertas mientras se mantenga la sobrecarga,
  • Emiten alertas visuales o sonoras para corregir la situación.

4. Educar a los usuarios y personal operativo

Capacitar a quienes usan o manejan el equipo (usuarios, personal de limpieza o transporte interno) sobre los riesgos de cargar en exceso, especialmente con carritos de servicio, materiales pesados o equipos médicos.

5. Gestionar el flujo en edificios concurridos

En lugares de alta afluencia, se recomienda implementar medidas como:

  • Control de acceso por tarjeta o llamada prioritaria,
  • Distribución de usuarios por zonas o ascensores específicos,
  • Uso de ascensores de carga cuando aplique, para no saturar los de pasajeros.

Prevenir la sobrecarga no solo depende del usuario: comienza desde el diseño del edificio, continúa con tecnología adecuada y se refuerza con educación continua.

El mantenimiento preventivo consiste en una serie de revisiones, ajustes y limpiezas técnicas programadas para asegurar el buen funcionamiento del elevador y prevenir fallas.

Incluye generalmente:

  • Inspección y ajuste de componentes mecánicos, eléctricos o hidráulicos (según el tipo de equipo).
  • Limpieza y lubricación de partes móviles como guías, zapatas, puertas y sistema de tracción o hidráulico.
  • Verificación de sistemas de seguridad: frenos, cables, pistones, paracaídas, sensores y pesacargas.
  • Revisión del foso y sala de máquinas, comprobando ventilación, limpieza, nivel de aceite (en hidráulicos) y condiciones eléctricas.

Un mantenimiento bien realizado previene fallas, extiende la vida útil del equipo y garantiza la seguridad de los usuarios.

El mantenimiento preventivo consiste en una serie de revisiones, ajustes y limpiezas técnicas programadas para asegurar el buen funcionamiento del elevador y prevenir fallas.

Incluye generalmente:

  • Inspección y ajuste de componentes mecánicos, eléctricos o hidráulicos (según el tipo de equipo).
  • Limpieza y lubricación de partes móviles como guías, zapatas, puertas y sistema de tracción o hidráulico.
  • Verificación de sistemas de seguridad: frenos, cables, pistones, paracaídas, sensores y pesacargas.
  • Revisión del foso y sala de máquinas, comprobando ventilación, limpieza, nivel de aceite (en hidráulicos) y condiciones eléctricas.

Un mantenimiento bien realizado previene fallas, extiende la vida útil del equipo y garantiza la seguridad de los usuarios.

Es el tipo de mantenimiento que se lleva a cabo cuando el elevador presenta una falla o mal funcionamiento, ya sea de forma imprevista o detectado durante una inspección.

Incluye: reemplazo de piezas, ajustes, reparación de sistemas y reprogramación técnica según la falla presentada.

Su objetivo es restablecer el funcionamiento seguro y confiable del equipo. Para minimizar su recurrencia, se recomienda mantener un plan de mantenimiento preventivo constante.

Aunque ambos tipos de elevadores cumplen la función de trasladar personas o cargas entre niveles, existen diferencias técnicas importantes en cuanto a su diseño, capacidad, velocidad, normativa aplicable y requerimientos de instalación.

Elevadores residenciales

Están diseñados específicamente para casas unifamiliares, residencias privadas o edificios de baja altura con bajo flujo de usuarios. Sus principales características son:

  • Capacidad limitada: típicamente entre 250 kg y 450 kg (equivalente a 2 a 6 personas).
  • Velocidad reducida, usualmente no mayor a 0,30 m/s, lo que permite una instalación más simple y segura.
  • No requieren cuarto de máquinas en muchos modelos modernos, tanto hidráulicos como eléctricos.
  • Se adaptan a espacios reducidos y requieren una profundidad de foso menor.
  • Priorizan el confort, la estética y la accesibilidad.

 Elevadores comerciales

Diseñados para edificios de uso intensivo como oficinas, hospitales, centros educativos, hoteles o centros comerciales, donde el flujo de personas es constante. Sus principales características incluyen:

  • Capacidad desde 385 kg hasta más de 3000 kg, para adaptarse a mayores volúmenes de tráfico.
  • Velocidades superiores, que van de 1 m/s a más de 3 m/s, dependiendo de la altura del edificio y el sistema de control de tráfico vertical.
  • Requieren estructuras más robustas, puertas automáticas, y sistemas de seguridad y control más avanzados.
  • Están sujetos a normativas internacionales y locales más estrictas, como la EN 81 (europea) o ASME A17.1 (norteamericana), y su adaptación en la norma costarricense INTE C470

En resumen, la principal diferencia radica en la intensidad de uso y los requerimientos técnicos. Mientras los elevadores residenciales están pensados para uso ocasional y personalizado, los comerciales están diseñados para soportar alto tráfico, mayores exigencias normativas y sistemas más complejos.

Los elevadores residenciales pueden fabricarse a medida y adaptarse a espacios reducidos ya construidos. Sin embargo, si el objetivo es diseñar con estrategia, optimizar espacios y garantizar confort y eficiencia para el usuario final, lo ideal es prever desde la etapa de diseño ciertas dimensiones internas libres de ducto que permitan instalar equipos estándar.

Diseñar con estas referencias no solo facilita una integración más armónica del equipo al inmueble, sino que también evita sobrecostos y soluciones excesivamente personalizadas que podrían encarecer innecesariamente el proyecto.

Recomendación para elevadores residenciales:

  • Dimensiones internas libres del ducto sugeridas:
    1600 mm de ancho x 1750 mm de fondo
  • Fosa mínima recomendada:
    450 mm
  • Huida o altura libre sobre el último nivel:
    3700 mm

Estas dimensiones permiten instalar un equipo cómodo, funcional y eficiente sin recurrir a adaptaciones especiales. Si por condiciones del proyecto no se logran, el equipo puede ajustarse, pero partir de estas medidas mejora la planificación general.

Consideración final:

En Elevadores Centroamericanos, ayudamos a nuestros clientes a diseñar con visión estratégica desde el inicio. Esto garantiza soluciones técnicamente viables, cómodas para el usuario, alineadas con normativa y con un aprovechamiento óptimo del espacio.
Diseñar previendo no es limitar: es garantizar practicidad, confort y eficiencia.

Los elevadores comerciales, si bien pueden fabricarse con ciertas adaptaciones, deben diseñarse estratégicamente desde el inicio para garantizar un funcionamiento eficiente, seguro y conforme a normativa técnica y de accesibilidad.

La clave está en prever un ducto con dimensiones internas libres que permitan instalar un equipo estándar, lo cual facilita la ejecución del proyecto, mejora los tiempos de instalación y evita soluciones personalizadas que pueden encarecer significativamente el costo total.

 Recomendación para elevadores comerciales:

  • Dimensiones internas libres del ducto:
    1750 mm de ancho x 1750 mm de fondo
  • Fosa mínima recomendada:
    1000 mm
  • Huida mínima (sobrerecorrido sobre el último nivel):
    3700 mm

Estas dimensiones son ideales para instalar un equipo cómodo, accesible y duradero, sin tener que recurrir a rediseños estructurales o configuraciones especiales.

Consideración profesional:

Si bien es posible fabricar equipos adaptados a medidas reducidas, el diseño inteligente de un ducto comercial debe prever no solo el espacio físico, sino también la practicidad de mantenimiento, el confort del usuario y la eficiencia mecánica del equipo.

En Elevadores Centroamericanos, trabajamos de la mano con arquitectos, ingenieros y desarrolladores desde las primeras etapas, para asegurar que el sistema propuesto se adapte perfectamente al entorno sin comprometer calidad, seguridad ni economía del proyecto.

Soluciones reales que elevan la calidad

En Elevadores Centroamericanos ofrecemos un portafolio de servicios diseñado para cubrir todas las necesidades de transporte vertical de manera integral, asegurando eficiencia, seguridad y respaldo técnico en cada proyecto.
Contamos con el apoyo de fabricantes de prestigio mundial y mantenemos un programa de capacitación continua para nuestro personal, lo que nos permite garantizar un servicio actualizado, confiable y adaptado a los más altos estándares.

En Elevadores Centroamericanos, nos enfocamos en brindar soluciones reales que eleven la calidad, el valor y la seguridad de tus proyectos.